03 marzo 2008

Y este es el cuerpo nuestro de cada día...

Fuente: Vanguardia - Información con Valor (Saltillo, Coahulia, México)-.
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Nota personal: Aunque este artículo no sea preferencialmente y únicamente relacionado con información TLGB, me propongo a colocarlo, por el motívo tan imenso que tiene su redactora, Patricia Kelly, en mostrar información y opinión básica, que encuentra mi persona fundamentalmente lógica.Por otra parte semanas anteriores mi persona escribió a Patricia Kelly agradeciendole el trato peciso y perfecto sobre la transexualidad en un artículo de opinión que escribió y que Trans_Bitacora publicó.
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Publicado el: 03-Marzo-2008

“En Ohio, Estados Unidos, suspenden de su escuela a un niño de seis años, por usar un corte de pelo tipo indio mohicano”.

“En Brasil se celebró el Día Internacional de la Ropa Interior por lo que cientos de personas desfilaron en ‘paños menores”;
en Holanda pretenden que las musulmanas usen un ‘burkini’ para entrar a las albercas; y el colmo, “en Italia se ha declarado delito que los hombres se rasquen la entrepierna en público”.

Estas son algunas notas periodísticas aparecidas esta semana y que nos llevan a reflexionar sobre el cuerpo humano y su pretendido control. En alguno de sus textos, Michel Foucault afirma que quien controla nuestro cuerpo, controla nuestra sexualidad, y estas notas me llevaron a recordar que el filósofo francés sigue vigente.

Traje de baño especial

En varios países musulmanes son severamente castigadas las mujeres que se atreven a salir a la calle sin un hombre de su familia que las acompañe, y tampoco pueden disfrutar de un chapuzón de alberca.

El famoso ‘burkini’ pretende ser una prenda facilitadora para que las mujeres puedan entrar a una alberca sin exponer su cuerpo a la vista de otros, lo que puede ser para los fundamentalistas altamente riesgoso. Aheda Zanetti, la diseñadora australiana que le dio vida, pensaba ofrecerlo en 150 euros, pero la propuesta fue rechazada.
No permitir que las mujeres que pertenecen a la religión musulmana muestren su cuerpo, es una forma de negarles la expresión de su sexualidad, del disfrute de las sensaciones que este puede registrar cuando entra en contacto con el sol, con el viento, con la arena.

La manifestación mayúscula de esta situación la representa la mutilación genital, aquella que entre otros métodos emplea el corte definitivo del clítoris, cuya única función en el cuerpo femenino es el de proporcionar placer.

Muchos pueblos africanos y asiáticos a través de la migración, han exportado la costumbre hacia América. Los grupos de defensa de los derechos humanos y sobre todo de los derechos de la mujer, trabajan para eliminar esta barbarie.

Ropa interior en museos

Y mientras en unos países ya no encuentran la forma de reprimir y ocultar el cuerpo,
en otros, como Brasil, celebraron con bombo y platillo el Día Internacional de la Ropa Interior, y en Polonia, hasta es motivo de una exposición especial.

Hombres y mujeres brasileños desfilaron en Brasilia vistiendo diferentes marcas de ropa interior.

El asunto no queda allí, la ropa intima que empezara por cubrir todo nuestro cuerpo, hoy ha llegado a puntos tan extremos como las tangas tipo ‘hilo dental’ que ahora pueden admirarse en Polonia en el Museo de la Industria en donde se muestran 180 prendas íntimas. Esta indumentaria fue evolucionando en la medida en que el rol de la mujer cambió.

El negocio de la ropa interior, sobre todo la femenina, se ha convertido en algo rentable, e incluso ha llegado a convertirse en objeto de culto (fetichismo).

Para la buena suerte

En la localidad de Como, Italia, que los hombres tocaran su entrepierna en algún momento, se interpretaba como el equivalente de “toco madera”, esa expresión que busca alejar un mal pensamiento o un mal augurio. Sin embargo, hoy se ha tipificado como delito, porque algunos jueces lo han considerado un acto “contrario al decoro y a la decencia”. Incluso, un hombre de 42 años, fue recientemente multado con 200 euros por “indecente”.

Estas notas de la vida real nos llevan a reflexionar brevemente sobre el control del cuerpo, las diferencias que pueden darse entre los distintos países, y cómo hasta en algunos casos, puede convertirse en una forma de control masivo.

¿Por qué inquieta tanto a unos sectores que dos personas del mismo sexo disfruten de sus cuerpos y se amen?, ¿seguimos reduciendo la función de la sexualidad humana a la mera reproducción?, ¿por qué nos negamos a aceptar que existen personas que necesitan transformar su cuerpo para sentirse completas?

La historia de este cambio es relativamente reciente.
La primera operación formal se hizo en 1921 cuando R. (Trans_Bitacora se reserva el total derecho a no mostrar nombres masculinos de personas travestis o transexuales)se convierte en Dora. Y a partir de esta fecha se emplearon los avances científicos para aplicarlos a la modificación del cuerpo.

En Francia se aceptó oficialmente el cambio de sexo hasta 1979, aunque la primera operación se hizo en 1970, y es en 1991 cuando un tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a Francia por “haber negado indebidamente un cambio de sexo en el registro civil”. La transexualidad pasa de ser una enfermedad (así la contemplan todavía algunas corrientes siquiátricas), al derecho a la transformación y coherencia entre mi sentir y mi cuerpo.

Las mujeres son las que padecen más este control, incluso, en la discusión sobre el aborto que todavía retumba en nuestro país, se sigue argumentando que las mujeres no pueden decidir sobre lo que pasa dentro de ellas mismas.

En la vida cotidiana existen caballeros que desean controlar la forma en que se visten sus mujeres, “esto sí me gusta, esto no te queda”, “¿ya te fijaste qué pareces con esa falda tan corta o con esa blusa escotada”. Controlar nuestro cuerpo es una forma de incidir en lo que pensamos de nosotras (os) mismos (as).
Permitir que otros decidan sobre él, es dejar nuestra vida en manos de no sé quién.

Comentarios: patricia.kelly@eluniversal.com.mx

La inseguridad ahoga a La Mariscal

Fuente: El Comercio (Ecuador)-.
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Redacción Quito

Yesenia camina despacio en la Reina Victoria, al norte. A las 19:00 inició su turno de labores.

Viste un jean celeste y una pequeña blusa negra. Yesenia tiene 27 años y aunque no habla mucho relata que desde que se dio cuenta de que era transexual (persona que tiene disconformidad entre su sexo biológico y su sexo psicológico), su forma de ganarse la vida ha sido la prostitución.

“No tengo otra cosa que hacer, no nos dan trabajo. Y La Mariscal es el único sitio en el que puedo ganarme la vida”, dice mientras sus uñas pintadas de rojo peinan su larga cabellera negra.

Aunque los moradores de la ‘zona’ creen que la prostitución, no solo transexual, es una de las causas de inseguridad, reconocen que no es la única que los afecta.

Así lo explica Elizabeth H., propietaria de un local en las calles Reina Victoria y Roca.

“La presencia de transexuales molesta a ciertos ciudadanos, pero la delincuencia no está directamente relacionada con ellas. Los delincuentes vienen los fines de semana en búsqueda de turistas para robar y de droga”.

La percepción de esta moradora es corroborada por Rodrigo Tamayo, jefe de la Policía Judicial (PJ) de Pichincha. Según las estadísticas de la entidad, los delitos flagrantes cometidos por personas transexuales en la ciudad no superan los cuatro por año.

El uniformado aclara:
“La prostitución no es lo que atrae a la violencia y no podemos determinar que un grupo social específico la genere. Hay otros factores como la pobreza, la desigualdad y la lentitud de los procesos judiciales”.

Así lo demuestran los datos. De acuerdo con las cifras de la PJ, los delitos cometidos por transexuales en La Mariscal no superan los tres por año. En lo que va del 2008, se han registrado 72.

De ellos, 15 han sido asaltos, dos robos a domicilios, siete a locales comerciales y seis a vehículos. Apenas uno está relacionado con las trabajadoras transexuales.

Por ello, Yesenia defiende a su grupo:
“El sitio es inseguro incluso para nosotras. He sido asaltada varias veces. Incluso los policías muchas veces nos piden dinero para no llevarnos a los calabozos”.

A James, mesero de un bar del sector, no le consta lo dicho por Yesenia; sin embargo, cuenta que no ha tenido inconvenientes por la presencia de las trabajadoras transexuales. “Son pacíficas. Las infracciones son cometidas por ladrones y vendedores de droga”.

Marco C. coincide con el mesero. El vecino, que vive en la Juan León Mera y Pinto, asegura que el trabajo sexual callejero disminuyó en los últimos años.

Para él, el problema es el expendio libre de alcohol.
“Los dueños de las licorerías saben quiénes son los delincuentes y aun así les venden trago. La prostitución no es la única dificultad”, denunció.

Al analizar la problemática, Gledys Macías, vocero de la Fundación Equidad, que funciona en el mismo sector y brinda asesoría a la comunidad GLBTI (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales), defiende a las minorías.

Macías sostiene que la exclusión que sufren las personas transexuales empuja a que opten por prostituirse. “Sabemos que la dificultad para conseguir empleo no justifica la prostitución, pero también sabemos que estas personas no tienen oportunidades”.

Desde su óptica, las transexuales son vistas como personas que solo pueden trabajar en las calles o en salones de belleza. “La sociedad debe dejar de ver a las minorías sexuales como personas promiscuas y facilistas”.

Aunque esta concepción aún no toma fuerza en la capital, la edil Margarita Carranco, a cargo de la Comisión de Inclusión Social y Género, explica que el trabajo para mermar la discriminación está en marcha.
“Estamos desarrollando políticas de protección a las minorías. Una solución en La Mariscal sería la reubicación de quienes se dedican (*1) al trabajo sexual”.

Como muestra de este propósito, la semana anterior el Concejo Metropolitano aprobó la Ordenanza de Inclusión Sexual para los GLBTI. A través de esta normativa se garantizan los derechos de las minorías sexuales en Quito e incluso incluye sanciones a quienes agredan de cualquier forma a gays, lesbianas, bisexuales, travestis, transexuales, e intersexuales.

Pero mientras la Ordenanza entra en rigor, Gustavo Fierro, administrador de la Zona Norte, indicó que el monitoreo de lo sitios de riesgo, como La Mariscal, continuará. “Las trabajadores transexuales son vigiladas por la Policía. Estamos buscando soluciones a largo plazo para ellas también”.

Como Carranco, Fierro manifestó que los planes contemplan la reubicación de los centros de tolerancia y de quienes laboran allí. Además, se trabajará con transexuales en condición de calle.

Hasta que esto ocurra Yesenia seguirá laborando en las vías de la ‘zona’. Son las 21:00 de un miércoles. Sus tacones resuenan en la acera y sus maquillados ojos buscan un nuevo cliente.

“Hola, papi, ¿qué vamos a hacer hoy?” es la pregunta que Yesenia hace cada vez que algún hombre se acerca por las oscuras calles.

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Nota personal: (*1) La prostitución NO ES UNA DEDICACIÓN, sino, se EJERCE, no es lo mismo Sra.Margarita Carranco, para usted ver la televisión es DEDICAR parte de su tiempo en algo que le ofrece ocio, al contrario de lo que usted
EJERCE que es "estar a cargo de la Comisión de Inclusión Social y Género"

Travesti atropellada por autobús de pasaje y camioneta de Salud

Fuente: NOTIVER (Veracruz, México)-.
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• La trasvesti J.M.M. (Trans_Bitacora se reserva el total derecho a no mostrar nombres masculinos de personas travestis o transexuales) estuvo a punto de morir arrollada este domingo luego que bajó de un autobús de pasaje en la entrada de El Tejar, y fue golpeada por una camioneta

Por YOLANDA ORDAZ
ReporterO / NOTIVER (Desconozco si el redactor de esta noticia es una travesti o sí su nombre es su nombre psico-social)


La trasvesti J.M.M. estuvo a punto de morir arrollada este domingo luego que bajó de un autobús de pasaje en la entrada de El Tejar, y fue golpeada por una camioneta de la Secretaría de Salud de Veracruz.

Los hechos ocurrieron poco antes de las ocho de la mañana en la entrada del poblado El Tejar, donde autoridades de Tránsito Municipal de Medellín de presentaron de inmediato para conocer del accidente.

El reporte indicó que la joven J.M. quien vestía ropas femeninas (seguramente como la o el reportero/a de este artículo) a la hora del percance resultó severamente lesionada por arrollamiento de una camioneta Ford 150 color blanco, propiedad del sector salud que conducía el señor Rosendo Capetillo Álvarez.

Fue precisamente a la altura de la calle Villa de Guadalupe, donde J. y un grupo de amigos que la acompañaban pidieron al chofer del camión de pasaje la parada, por lo que descendieron en condiciones normales.

Por la parte posterior de la unidad siguieron caminando para cruzar la carretera, y J. se adelantó en el paso sin percatarse que en el sentido contrario del camino se desplazaba la camioneta.

El golpe pudo ser mortal, la muchacha de 18 años de edad, resultó herida, politraumatizada por lo que recibió auxilio de socorristas de la Cruz Roja que llegaron rápidamente a bordo de la ambulancia número 596 al mando de Genaro Camarillo.

J.M. quien tiene su domicilio en la colonia Los Carriles de El Tejar fue enviado al Hospital General de este puerto donde recibe la atención necesaria.

En tanto que el conductor de la camioneta el señor Rosendo Capetillo quedó a disposición de Tránsito Municipal de Medellín de Bravo, para que deslinde responsabilidad en el accidente.

El señor Capetillo dijo que a la hora de los hechos se dirigía a su centro de trabajo en la ciudad de Veracruz, ya que tiene su domicilio en el poblado de La Matamba, en el municipio de Jamapa.

Travesti fue encontrado asesinada a machetazos

(Foto:Rastrillaje policial en la zona - El Tribuno de Salta)Fuente: 26Noticias (Buenos Aires, Argentina)-.
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Tenía 33 años, y era conocida como "Mariana". Fue hallada en un monte en la afueras de la ciudad de Orán, asesinada con más de 30 machetazos, la mayoría de ellos propinados en la cabeza y al que le faltaban sus manos, que fueron devoradas por chanchos y perros cimarrones.

El cadáver encontrado el pasado sábado en una zona rural pertenecía a J.D.A. (Trans_Bitacora, se reserva el total derecho a no mostrar nombres masculinos de personas travestis o transexuales), una travesti muy conocida en su ambiente y que solía trabajar cerca de la terminal de ómnibus y en las avenidas Nougués y San Martín. El cuerpo llevaba allí cuatro días, según las primeras estimaciones policiales, a 500 metros de donde termina la calle Alvarado, en el cruce con Los Cedros, que es una arteria de tierra, que establece el límite urbano de la ciudad.

La persona presentaba heridas cortantes en el rostro, nuca, mentón, zona parietal y cuello hechas con no menos de 30 machetazos, según los expertos de la Brigada de Investigaciones. A su vez, el cuerpo tampoco tenía sus manos, que fueron devoradas por chanchos que son criados por propietarios de la zona, como también por perros cimarrones, que suelen ser vistos por ese lugar.

La travesti vestía minifalda vaquera, blusa blanca escotada y botas que estaban intactas, por lo que se presume que "Mariana" habría sido ultimada en otro lugar y luego llevada a la zona del monte de espesa vegetación, al costado de un canal de riego.

La víctima vivía sóla en un inquilinato de calle Esquiú, entre Balcarce y Dorrego, donde alquilaba una habitación. El juez de instrucción Oscar Blanco está al frente de la causa, y pese al secreto del sumario se supo que los peritos policiales tuvieron dificultades debido a las intensas lluvias, que borraron posibles rastros.

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Nota personal: ¿Realmente le cuesta tanto tiempo a las o los redactores de la prensa tratar a las personas sean travestis o transexuales en femenino? Señores y señoras de la prensa que estamos en el Siglo XXI

Dos travestis pelearon con cuchillo por el amor de un policía

Fuente: ULTIMAHORA.COM (Asunción, Paraguay)
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Dos travestis se atacaron en la madrugada por el amor de un policía. Fue en Mariscal López e Ingavi, zona Norte de Fernando de la Mora. Allí el agente de civil estaba conversando con una de ellas y su pareja se puso celosa desatándose una batalla campal a punta de cuchillo quedando una de ellas herida.Causó un escándalo en el hospital y se lanzó al suelo, solo sus compañeras la pudieron calmar

Johana, recibió una cuchillada en el brazo de parte de su rival, quien todavía no fue identificado, al igual que el agente de policía.

Según se supo, el hombre es un suboficial que es pareja de Johana. El uniformado llegó hasta el lugar y comenzó a tratar de hacerse con los servicios sexuales de otra travesti atendiendo a que Johana no estaba en el sitio.

Pero, llegó la pareja y vio a su compañero en pleno galanteo con otra trabajadora del sexo. Entonces se armó la gresca, el policía se alejó del lugar y las dos travestis pelearon a punta de cuchillo.

Johanna acusó una herida en el brazo y ese momento fue aprovechado por la agresora para huir. P. (Trans_Bitacora se reserva el total derecho a no mostrar el nombre masculino de personas travestis o transexuales), líder de las travestis socorrió a la herida, quien fue llevada hasta Emergencias Médicas donde armó un escándalo y no pudo ser atendida hasta que se calmó.

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Nota personal: ¿Y seguro que era por amor? ¿?

Cambio de sábanas

Fuente: Página12 (Argentina)-.
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LAS TRAVESTIS QUE DEJAN LA PROSTITUCION GRACIAS A UNA COOPERATIVA QUE CREARON PARA FABRICAR ROPA DE CAMA

Para la mayoría, será el primer trabajo formal y en blanco. El proyecto fue impulsado por un grupo de travestis que buscan salir de la calle. Y tienen como madrina a Hebe de Bonafini.

Comenzarán fabricando sábanas y esperan poder también venderle guardapolvos al Estado. Las historias. Las ilusiones.

Por Emilio Ruchansky

“La gran pregunta que me hago es si Moyano nos aceptará en las 62 Organizaciones. El fue el que dijo ‘me pueden decir de todo menos puto’”, arenga Lohana Berkins. La presidenta de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti Transexual (Alitt) está por inaugurar la cooperativa textil Nadia Echazú (*1) e invitó a Página/12 para presentar el proyecto y a algunas de sus 29 integrantes. La madrina de este taller-escuela será Hebe de Bonafini, quien a su vez contactó al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) que donará el predio. Comenzarán fabricando sábanas, un producto rápido y vendible, como para cubrir las necesidades básicas.
Para la mayoría es la primera y única opción para dejar la prostitución por un trabajo justo y digno.

“Nos dimos cuenta de que el Estado no nos iba a dar un empleo, teníamos que encarar el problema –explica Berkins–. Por eso vamos a desafiar la cultura del trabajo, para que las travestis y las transexuales no seamos para el imaginario social prostitutas o vedettes.” El proyecto empezó en abril del año pasado y
fue mencionado al aire en el programa radial de Hebe de Bonafini. Ahí mismo comenzó a tejerse.

El espíritu cooperativo es un rasgo distintivo de la comunidad trans, coinciden las futuras tejedoras durante la reunión en la sede de Alitt. Cientos de veces se han organizado para sacar a alguna chica que está presa o conseguir una vivienda a una que recién llega a la ciudad.
“Igual no vamos a abrir esta cooperativa para hacer amigas”, aclara Marlene Wayar, socia fundadora y directora de El Teje, la primera revista travesti de Latinoamérica (o del mundo, ¿quién sabe?). “Lo interesante es tener un objetivo en común, un horario, una rutina. Para nosotras va a ser la primera vez que administremos un sueldo, ya no te van a dar 100 pesos, como cuando hacés la calle, y te lo gastás como nada”, reflexiona Wayar. Hay más de 200 chicas interesadas en capacitarse.

“Estamos disputando este espacio de dignidad en el trabajo”, destaca Lohana, que ya sueña con que el emprendimiento derive en una multinacional. “Este es un salto hacia otros modelos de ciudadanía, es la posibilidad de construir, desarrollar y ejecutar nuestro emprendimiento. Aunque lo más importante es construir nuestra autoestima”, concluye. En una extensa charla con Página/12, las integrantes repasaron su curriculum vitae y contaron sus expectativas sobre este proyecto innovador.

Botoncitos

Las hermanas Sacayán estuvieron adentro desde el principio. “Ya veníamos trabajando con Alitt”, aclara Diana, la mayor, con su voz suave y cerrada. Tiene el pelo lacio con raya al medio y una sonrisa serena, aunque es la más combativa del grupo. Milita en el Movimiento Antidiscriminatario de Liberación: el MAL. A principios del año pasado, Diana se plantó en la Secretaría de Salud de la provincia de Buenos Aires y logró que el titular de esa cartera, Claudio Mate, firmara una resolución inédita para que tanto el personal administrativo como los médicos de los hospitales bonaerenses respetaran la identidad de género de sus pacientes. “Quiero aprovechar el tema de la capacitación para adquirir conocimiento, ya sea en la costura o en la venta o en administración o en la web. Mi idea es aprender un poco de cada cosa, y después ir buscando el lugar”, reflexiona Diana. Al igual que la mayoría de las chicas, nunca trabajó en blanco.

Su hermana, Johana, cuenta que lo más cerca que estuvo de un trabajo fue una pasantía rentada de seis meses que hizo en 2000 con la Cruz Roja. “Era auxiliar de enfermería en el sanatorio Quintana, en Recoleta. Limpiaba instrumentos quirúrgicos y ayudaba a los médicos”, detalla. El año pasado estuvo internada después de una golpiza de la policía. “Algo sé de costura –asegura—, cosí a mano para nosotras pero nunca a máquina, igual se puede aprender ¿o no?”. ¿Y Diana? “Un dobladillo, algo... sí”, contesta entre risas. “¿Un botón?”, chicanea el cronista. “Un botoncito”, responde. Diana y Johana coinciden en que se pelean “bastante”. “Somos como el yin y el yang”, define la menor.

Natalia Otamendi escucha y esquiva la mirada. No le gusta hablar mucho, “así que mejor preguntá”, dice la joven de 24 años.

–¿Te gusta la costura?

Sí, estudié corte y confección en el patronato de la infancia.

–¿Pensás que es un proyecto sustentable?

De oído, la idea es buena. Ojalá prospere y se integren más chicas.

–¿Qué te gustaría hacer?

Ropa. Soy la línea joven de la cooperativa.

–Por ahora van empezar haciendo sábanas.

Querer es poder –dicen—. Igual hay que ir despacio, no se puede cagar más alto que el culo.

Alta costura

“Este taller era mi sueño”, confiesa Norma Gilardi, secretaria de Alitt y costurera de profesión. Tiene 54 años pero no se asume como la más vieja, sino como “la más grande”. “Soy una institución”, agrega. Norma creció en San Isidro, su familia era de clase media y “muy laburadora”: su papá trabajaba como jefe de Rentas y operador de cine, su mamá era ama de casa. “A los ocho años empecé a tomar hormonas femeninas, unas pastillas anticonceptivas que me daba una amiga peluquera; a los 13 debuté en una murga en San Fernando y terminé haciendo un desnudo frente a la Catedral, un escándalo, vino la policía y me llevaron presa”, recuerda. Cinco años después llegó al teatro ABC después de pasar un casting de 40 chicas travestis. Bailó y cantó haciendo fonomímica en el escenario del Burlesque y el teatro Florida, fueron los mejores años, cuando pernoctaba en los hoteles más caros de Buenos Aires.

“Siempre me hice el vestuario, todo a mano”, destaca orgullosa: es la que más conoce del trabajo textil. “Hasta hace pocos años, vivía haciendo eventos y shows en cumpleaños. Recién el 17 de marzo 2007, cuando festejamos la personería jurídica de Alitt, volví a pisar un escenario después de 29 años”, cuenta. Su nombre artístico es Dominique Sanders y está inspirado en la novela Una cierta señora, de Guy des Cars.
“La protagonista es una transexual francesa que se llama Dominique y se casa con un millonario argentino. Me lo regaló un amigo con el que me carteaba cuando caía presa por ‘vestirme de otro sexo’. En esa época, a principios de los ’70 te mandaban 30 días a Devoto.”

Norma pasó la dictadura en la cárcel y la democracia en la comisaría, está a punto de cumplir su sueño y ya adelanta que su próximo objetivo es fundar un hogar para las travestis y transexuales más grandes, “que todavía están paradas en la esquina y no tienen donde vivir”.

Las pupilas de Cyntia

Brisa Escobar, Natalia Riva y Brenda Díaz viven en la pensión de Cyntia Arroyo, una referente del barrio de Constitución que alberga a 26 travestis y transexuales. “¡Soltate, Brisa!”, chicanea Lohana. “Tengo experiencia, aprendí a coser gracias a mi mamá”, arranca en voz baja mientras se enrula el pelo con un dedo. Dice que solía usar una vieja máquina a pedal para hacerles ropa a sus sobrinos. “Si se da esto, voy a dejar la calle”, se promete. A su lado, Brenda cuenta que hasta hace poco trabajaba en la casa de un familiar, limpiando y cuidando a los chicos. Tiene sólo 21 años y mira con desconfianza: “Mi mamá me dijo que hasta que no me vea levantándome temprano para ir a trabajar, no me va a creer nada”. Natalia Riva bamboleaba su cuerpo escultural y sus cabellos rubios en los boliches. “Me considero aventurera, pero esto de vender o alquilar tu cuerpo te duerme las ganas”, confiesa. La cooperativa es, para ella, “una apertura de camino y un desafío”. Cintya la escucha con una enorme sonrisa, “no va a ser difícil”, anima, “conozco otros proyectos parecidos en Salta y Jujuy, allá las chicas montaron restoranes y les va muy bien”. Por su hotel circulan cientos de chicas, algunas vienen sólo para hacer una temporada en la parada de Palermo o en Constitución. “A mí me gusta dar órdenes”, dice sin inmutarse.
“Y a mí me gusta desobedecerlas”, le contesta Diana Sacayán, que pregunta si va a haber delegadas.

“No me hagan un piquete”, pide Lohana tomando el rol de “la patronal”. Enseguida empieza la discusión sobre cómo organizar la representación gremial en la cooperativa. “No hay delegadas”, corta en seco Marlene Wayar y antes de que se le vengan al humo explica que se trata de una organización horizontal donde las decisiones se toman en asambleas
“donde votan todas”.

“Ah, bueno, si es así, está todo bien”, concede Diana. “Antes estas discusiones se resolvían a los botellazos”, recuerda Lohana,
que ya no está preocupada por los gordos de la CGT porque seguramente se van a afiliar a la CTA. “Ahora podemos arreglarnos a los tijeretazos”, bromea.

“Una cosa es la calle y otra cosa es el trabajo, seguramente no nos vamos a pelear tanto en la fábrica”, promete Natalia Riva, como para apaciguar los tantos. “Desde que me asumí como travesti, a los trece años, asumí el conflicto”, comenta Lohana, convencida de que la clave de la cooperativa es explorar las potencialidades de cada una de las chicas.
“La exclusión genera mucha desconfianza en nosotras mismas –admite– pero ahora las cosas están cambiando, estamos apropiándonos de las palabras, estamos gestionando la ciudadanía travesti y transexual.”

El destino del primer sueldo

Fue la última pregunta de
Página/12, antes de que se desarmara la ronda de mate, café y galletitas y las chicas se prepararan para la foto. ¿En qué vas a gastar tu primer sueldo?

- Diana Sacayán: “En irme a vivir con mi pareja”.

- Johana Sacayán: “Yo lo voy a usar para agrandar la cocina, bueno, para hacerla porque vivo en una pieza y mi cocina en un mechero”.

- Natalia Otamendi: “Se lo voy a dar a mi mamá para que remodele su kiosco”.

- Brisa Escobar: “Comprarme un terrenito en provincia, ¿me alcanzará?”

- Norma Gilardi: “Un ciclomotor porque estoy podrida de andar en tren y en colectivo para venir al centro”.

- Natalia Riva: “Lo reinvertiría en la cooperativa” (aplausos).

- Brenda Díaz: “Lo voy ahorrar para comprar una casa”.

- Marlene Wayar: “Si me alcanza, lo uso para pagarle a un abogado y recuperar a mi bebé”.

(*1) Un nombre, un homenaje

Fue un pilar fundamental del activismo trans, una heroína que ya forma parte de la memoria colectiva del movimiento gay-lésbico-bisexual-trans. Nadia Echazú nació en Salta, se curtió en Córdoba y se afianzó en Buenos Aires. Es reinvindicada por su temple combativo. Fue una de las primeras en juntar a sus compañeras de parada en Palermo, militó en la Asociación de Travestis de Argentina (ATA) y fundó la Organización de Travestis y Transexuales de Argentina (OTTRA). Su vida estaba signada por la violencia policial, pero nunca perdió el swing: solía ir a la marcha del orgullo montada en sus patines. Murió de complicaciones derivadas del VIH el 18 de julio de 2004. La cooperativa lleva su nombre.

Seis años antes, varios agentes de la comisaría 25 la rodearon en la calle, la metieron en un patrullero y la llevaron a la seccional, donde le pusieron un chaleco de fuerza. La tiraron al piso, la patearon salvajemente afectándole un riñón, la mojaron y la dejaron en el piso de una celda. Ese mismo año, los legisladores de la Alianza habían derogado los edictos policiales en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que daban enormes facultades a la Policía. “A nosotras no nos importa qué es obsceno, porque igual nos siguen llevando presas vestidas, arriba de un taxi, en una disco o en la puerta de nuestras casas”, le dijo alguna vez a este diario.

Nadia Echazú siguió militando en la calle.
El 7 de octubre de 2001 mientras hacía campaña en la calle repartiendo preservativos y alertando sobre las formas de contagio del VIH-sida, nuevamente fue patoteada por miembros de la Comisaría 25. Uno de los tres agentes que se acercaron le pidió la documentación y luego la escupió. “Yo te voy a dar derechos a vos, puto degenerado”, le dijo y amenazó con “destrozarla” si volvía a verla por la zona. Antes de esposarla y subirla al patrullero se entretuvo golpeándola y rociándole la cara con gas lacrimógeno.

Y ella volvió, una y otra vez. Hasta que tuvo que internarse y pasar sus últimos días en el hospital Muñiz, hasta donde la persiguió la violencia de género: fallecio en la sala de varones.

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Nota personal:
Descansa en paz Nadia Echazú

01 marzo 2008

Chile: presentaron el proyecto de «ley transexual» ante el Congreso

Fuente: AGMagazine
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- El proyecto permite el cambio de nombre y sexo sin cirugía de reasignación sexual, además de quitar el poder a los Tribunales sobre la materia y bajar de cinco a dos años el período para demostrar si se es o no transexual

- El Proyecto de Identidad de Género, es la primero de su tipo que ingresa al parlamento chileno.

Tras las gestiones conjuntas realizadas por la diputada María Antonieta Saa y el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chile (Movilh) para facilitar los cambios de nombre y sexo de las personas transexuales, la bancada de parlamentarios del Partido por la Democracia (PPD) presentó un proyecto de ley sobre la materia.

La iniciativa, que introduce modificaciones a ley N° 4.808 sobre Registro Civil e Identificación, implica una transformación sustantiva respecto a los actuales requerimientos para los cambios de nombre y sexo, pues omite los trámites ante tribunales y baja de cinco a dos años el tratamiento médico al cual deben someterse las personas transexuales para demostrar su identidad de género.

«Más importante aún es que con este proyecto no se exige a las personas pasar por cirugías de reasignación sexual para solicitar su cambio de nombre y sexo, y ello queda claramente establecido», señaló la activista del Movilh, Karin Avaria.

La activista explicó que la bancada de Diputados del PPD se sensibilizó con esta idea luego de conocer,
«a través de los testimonios que hemos dado a la parlamentaria Saa», que si bien la ley no impide en términos explícitos los cambios de nombre y sexo, el trámite es muy engorroso y se presta para el arbitrio de los jueces, quienes «en un momento pueden dictar fallos favorables y en otros en contra».

En efecto, en la actualidad los trámites de cambio de nombre y sexo se deben cursar ante los tribunales, el cual a su vez consulta su opinión al Registro Civil. Además se exige que las personas hubiesen sido conocidas por al menos cinco año con el nombre y el sexo al cual dicen pertenecer y no existe claridad respecto a que si es o no necesario haber pasado por una cirugía de reasignación sexual.

En cambio en el proyecto ingresado a la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados establece que «toda persona plenamente capaz, podrá solicitar la rectificación del sexo señalado en su respectiva inscripción, una vez que acredite ante el oficial del registro civil competente»
que ha sido diagnosticada como transexual y que lleva por lo menos dos años de tratamiento.

Para tales efectos, «no importa que la persona se haya sometido a procedimientos de reasignación sexual», mientras que
«la rectificación del sexo conllevará el cambio del nombre de pila de la persona, según su voluntad, sin necesidad de resolución judicial.», puntualiza el Proyecto de Ley.

Fue en diciembre pasado cuando la diputada Saa, quien en estos momentos se encuentra de vacaciones, respaldó las gestiones del Movilh ante el Registro Civil para que este posibilitara los cambios de nombre y sexo, aspecto que fue acogido en un hecho que fue considerado un gran logro.

Con ello,
«la parlamentaria se interiorizó y sensibilizó mucho con el tema y el resultado es que hoy el proyecto de ley, el primero sobre la materia quee ingresa al Congreso, es respaldado también por los diputados Enrique Accorsi, Guillermo Ceroni, Guido Girardi, Antonio Leal, Marco Núñez y Laura Soto», puntualizó Avaria.

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